Los síntomas de la esclavitud del liderazgo tienen su aparición con los grilletes digitales que limitan el pensamiento amplio y mutila la libertad del ser. La esclavitud ya no se representa por el dominio de una persona sobre las otras, sino por la polarización de la información con pensamientos binarios.
Harari en una entrevista, señala que la única solución es la Cooperación Global para enfrentar desafíos como el auge de la Inteligencia Artificial y la Bioingeniería. Es claro, que enfrentar ambos desafíos no será algo fácil y pone en evidencia el estado de fragilidad en que se
encuentra la humanidad, siempre susceptible de romperse. Por tanto, el posliderazgo no se basa en el imperativo “sé lider2” ni en aceptar el liderar, sino que precisa fabricarlo a través, de la cooperación global, de poner en riesgo el liderato para explorar ideas en un entorno digital y desconocido. Esto suponen un costo para el líder que se calcula en términos de distribución del liderazgo: se trata de determinar el grado de asertividad que el posliderazgo presupone de hecho para el bienestar de las comunidades.